Durante mucho tiempo, la puerta de entrada a la espiritualidad fue la religión, entendiendo una ¨espiritualidad¨ solo como una ¨creencia¨ ciega e incuestionable, basada en dogmas que prometían la salvación del individuo, una cuestión que dependía más del afuera que del adentro del ser. Durante siglos ese fue el modelo promovido y los que se salían de esta jaula eran considerados ¨ovejas negras¨ que se alejaban del rebaño.
Si profundizamos solo un poco sobre este tema, vemos que el mismo concepto de ¨oveja¨ ubica a la persona en un nivel de dependencia del pastor, aquí no hay necesidad de autoconocimiento, ni propósito, ni de experimentar aquello que los místicos llamaban la ¨gracia¨ o aquel estado de conciencia expandida que algunos seres lograron alcanzar y eran llamados tiempo después místicos, dejando muy lejos e inaccesible para cualquier persona esta posibilidad, cuando aceptaban ser conducidas como ¨ovejas¨.
En algunos momentos históricos (muy pocos diría yo) en la iglesia católica existió la posibilidad de alcanzar cierta experiencia mística a quienes participaban de los encuentros dominicales, uno de estos momentos efímeros fue mediante los cantos Gregorianos a comienzos de la edad media, donde se los había incorporado a las misas como plegarias cantadas, generando un alto estado de resonancia y expansión de conciencia en los feligreses que participaban de estas misas. Advirtiendo esto, el vaticano, decidió suprimir estas oraciones cantadas en todas las iglesias de Europa, no era el objetivo acrecentar la conciencia en los fieles, ya que la ¨religión¨ es solo la que ¨religa¨ los dos mundos, me refiero al mundo físico y la dimensión espiritual, no estaba dispuesta ni lo está hoy, en dejar ese lugar de ser intermediaria entre el hombre y dios, es decir, interponerse en la conexión que cada humano pueda establecer directamente con lo divino.
Hay quienes entienden que la religión es para aquellos que no quieren ¨caer¨ en el infierno. Recordemos que esa fue la premisa de la iglesia con la que ha ¨vendido la salvación¨ como un boucher a la isla de la fantasía. En cambio la espiritualidad es para los que conocimos el ¨infierno¨, un infierno que podemos situar en nuestros propios miedos, apegos, limitaciones, etc. es decir, aquellas sombras que habitan en nuestro inconsciente y que nos desafían a enfrentarlas y atravesarlas, sin salvarnos de asumir nuestras propias zonas infernales y así lograr transmutar la densidad de nuestra naturaleza inferior, en un acto de sublime alquimia.
En todos los casos, las religiones han impuesto un ¨techo muy bajo¨ para el desarrollo la conciencia de sus seguidores. Su estrategia de persuasión estaba basada en instrumentar el miedo y una tibia promesa de salvación, apoyadas en un dogma marcados a fuego y espada, así nadie necesitaría salir del rebaño a buscar algo que no estaba ni siquiera dentro de sus posibilidades. Podemos comprender entonces, como durante siglos se ha impuesto este sangriento modelo de domesticación de masas. Y una vez más, las religiones participaron activamente del manejo de la información, imponiendo implícitamente ¨una forma¨, que a estas alturas ya lo puedes anticipar, Sí! Un cuadrado.
Las religiones y el cuadrado
He comentado anteriormente que existe una relación entre las formas y las dinámicas energéticas, esto no es un descubrimiento mío, ya los místicos del pasado supieron identificar estas formas geométricas como simbologías claves, con mucha información subjetiva que va más allá de las creencias o las tradiciones místicas. Hoy la física hiperdimensional comprende perfectamente este proceso en el plano sutil o cuántico, donde se ¨mueve¨ las energías de alta vibración más allá de las formas.
Una forma de representar gráficamente esto, así ver como las formas intervienen en las dinámicas energéticas, es visualizar un circuito de red de agua con ángulos de 90°, es decir sin utilizar ¨esquinas redondeadas¨ en este recorrido imaginario, comprenderás que el agua en su trayecto literalmente ¨chocarᨠcontra cada ángulo abrupto, sin lograr una fluidez. Si bien, este es un ejemplo sumamente burdo, a modo de explicación aproximada sirve para ilustrar este modelo que estamos explorando juntos desde el plano físico.
¿Por qué las religiones tienen que ver con la figura del cuadrado? Simplemente porque nos sujetan al plano de las formas, limitando el desarrollo de nuestra espiritualidad. Anteriormente expliqué cómo la estructura edilicia de las iglesias y templos en su mayoría, mantienen una forma específica siguiendo una lógica.
Ahora bien, si seguimos analizando este aspecto del cuadrado podemos descubrir algo más si atiendes a la forma de los símbolos de las principales religiones, encontrarás la figura del cubo de forma implícita. El símbolo original de los primeros cristianos era el pez no la cruz, que se adoptó siglos después. Si observas por un momento la figura de la cruz, verás que es un cubo desplegado. Lo mismo ocurre con la estrella de David, un símbolo relativamente nuevo para el judaísmo, compuesta por dos triángulos superpuestos uno apuntando hacia arriba y otro hacia abajo, que si lo miras fijo por un momento proyecta un cubo en tres dimensiones. En el islam es todavía es más evidente esto mismo.
Si bien es algo que ya conoces, es vital y fundamental recordarlo; ninguno de los grandes maestros del pasado, vino a fundar religiones, seguramente sabrás que Buda no fundó el budismo ni Jesús el cristianismo, esto es tremendamente importante. Los que hicieron de los mensajes de los maestros una religión fueron precisamente sus discípulos. Muchos de ellos nunca conocieron directamente a estos maestros, con el agravante que en distintos momentos históricos, especialmente en el catolicismo, existieron ciertos ¨concilios¨ que han unificado versiones oficiales, sin mencionar que en cada revisión de la biblia hay nuevas ¨reinterpretaciones¨ y distintas modificaciones (además de las censuras) que alteran el sentido del mensaje original.
Con estas claves, ya podemos comenzar a comprender algunos aspectos propios del ¨mensaje¨ de la simbología religiosa, como también reconocer las bases de la arquitectura ¨moderna¨ que se divorció de la arquitectura sagrada, aquel saber ancestral que permitía equilibrar las líneas rectas con las curvas, utilizada conscientemente en el pasado en muchas culturas. Hoy estas claves están siendo redescubiertas como ¨nuevas¨ técnicas alternativas de bio-construcción, aplicando además materiales altamente fractales , como la tierra y piedra, que favorecen esta dinámica mencionada. En cambio, la arquitectura ¨moderna¨ ha abusado desde hace décadas de las líneas rectas en su diseño funcional de espacios, donde además las habitaciones cuadradas o mejor dicho cúbicas, son cada vez más pequeñas, así la industria inmobiliarialogra optimizar metros cuadrados y disponer de más inmuebles a vender, generando en estos espacios una sensación psíquica de agobio, un estancamiento energético que oprime al individuo. Solo basta con tomarse unas vacaciones, viajar al campo y experimentar el contraste. Entenderás perfectamente lo que te digo.
Con estas referencias mencionadas, es fácilmente posible comprender que esto fue planificado deliberadamente por las elites de poder que vienen pregonando e imponiendo modas y estilos de vida durante siglos, donde las formas y la información inciden sobre estos aspectos, ya que interfieren en el proceso evolutivo del ser. Una vez detectado esto, será mucho más fácil observar que también existen otras maneras de obstaculizar esta dinámica en el humano, otros ejemplos podemos encontrarlos mediante la manipulación cultural, desde el marketing engañoso que promueve el consumo como premisa de vida, impulsando además una alimentación industrializada, basada en químicos y transgénicos. Las industrias farmacológica y del entretenimiento que colaboran en esta ¨interferencia¨, aportan un auténtico bombardeo de estímulos organizados, que obstaculizan el proceso de evolución de la consciencia que estamos comenzando a recorrer.
Volvamos al punto inicial de este capítulo y veamos ahora algunas premisas de las distintas religiones que han dejado una profunda huella que limita el desarrollo espiritual, siendo necesario trabajar conscientemente sobre estos paradigmas instalados como mandatos incuestionables y que nunca se han interrogado desde donde fueron impuestos.
El miedo y los condicionamientos aceptados
El miedo fue siempre la herramienta más utilizada por las religiones, dejando una profunda huella en las mentes que han adoctrinado durante siglos en su tarea de evangelización. Es importante recordar que cuando se realizó dicha tarea en América, ha sido utilizando métodos represivos, hostiles y de dominación, que no le ofrecían al originario, ni elegir ni preservar sus propias creencias. Sino que por medio de la fuerza, lograron imponer las nuevas ideas y religión. Como ves es fácil comprender que si han necesitado imponer a la fuerza una religión, es que el proceso no fue precisamente “evolutivo”, sino un lavado de cabeza.
Desde el miedo han logrado imponer una frecuencia muy baja de vibración, donde la conciencia no puede expandirse, todo lo contrario, el individuo necesitará siempre aferrarse a todo aquello que le asegure cierta seguridad, protección y confort, siendo fácilmente manipulable como un rebaño de ovejas asustadas por el perro del pastor.
No es casualidad la adicción a las malas noticias que se observa en la sociedad actual donde los informativos son los promotores de un círculo vicioso extremadamente perverso, ya que desde las bajas frecuencias que produce la alimentación industrializada, sumada a las noticias que inducen un miedo permanente, han creado los vectores de una inercia mental como respuesta inducida a una sociedad dependiente.
Todos intuimos que lo verdaderamente importante que sucede y puede hacernos reflexionar queda tras bambalinas, por otro lado los aspectos positivos que suceden en el mundo y hasta lo que ocurre de bueno ahora mismo en tu propio barrio, no saldrá nunca en ningún flash de noticias, sencillamente porque no “alimenta” la morbosidad de quien consume noticias para estar in-formado. De lo que no eres consciente es que “estos datos” (ya sean imágenes, símbolos, titulares, etc.) están trabajando en ti, generando en tu campo de resonancia la misma desarmonía. Esta forma de transmitir la información ya ha sido estudiado por varios investigadores, pero no sale a la luz tan fácilmente este proceso donde intervienen; transmisor- emisor- receptor.
Esta estrategia perniciosa, también puede usarse en forma inversa, es decir, que si realmente el contexto es de una realidad social pobre, pueden intentar hacerte creer lo contrario. El punto aquí es cómo discernir con claridad si la información es la que se corresponde con la realidad exterior. A medida que accedas a tu centro, tus ¨filtros de la percepción¨ estarán más limpios y ¨corazonarás¨ la información real, sin interferencias.
Es clave percibir con claridad la realidad exterior y el contexto en el que vives. Hay que comprender muy bien esto, pues algunos querrán convencerte de que esa realidad no importa, pues tú eres el único hacedor de esa realidad. Y sin que te des cuenta, te habrán llevado desde los medios de comunicación al paradigma religioso de las creencias. Actualmente cada vez más personas se dan cuenta de esta manipulación, despertando poco a poco de la hipnosis colectiva rompiendo el ¨círculo vicioso¨.
La falacia sobre el deseo
Mucho se ha hablado, hasta lograr instalarlo muy marcadamente desde las religiones, de que el origen de todos los males del humano es el deseo. De modo que para remediar ese mal, la receta propuesta es: suprimir el deseo.
Vemos la misma estrategia de los grupos de poder desde siempre, la cual consiste primero en desprestigiar y luego es más fácil que se acepte su destrucción. Esa mala prensa de la cual el deseo fue blanco, cuando en realidad el deseo es el motor que impulsa toda actividad y acción en cualquier persona.
Ahora bien, ¿dónde estaría la contradicción entonces?. Generalmente ha ocurrido que cuando llegó a occidente una religión, sus preceptos fueron re-interpretados y sus dogmas mal traducidos, no ocurrió esto solamente con el catolicismo, sino con todas las religiones. En el budismo ¨occidentalizado¨ es común escuchar en sus seguidores la frase que no hay que desear, cuando en realidad el mismo Buda deseó encontrar la iluminación, aspecto que lo motivó a dejar todo y emprender un viaje exterior e interior en su desesperada búsqueda espiritual.
Insisto con esto, el Buda ¨deseó¨... y ese fue el motor de su viaje, entonces ¿Cuál es la clave? La clave está en que el deseo debe ser siempre genuino, propio no proyectado o inducido desde afuera.
¿Pero cómo se entiende esto? Tendríamos que ir a la fuente histórica así comprender el verdadero contexto: Si conoces la historia del príncipe Gautama, sabrás que el deseo de su padre era que él (quién sería el Buda que conocemos) sea el heredero del trono en el futuro, para lo que debía prepararse en sus próximas responsabilidades, el joven Gautama tenía otro deseo, uno genuino que lo motivó a recorrer un camino propio, con muchas incertidumbres, para ello se vació de ese paradigma que lo ¨formateó¨ por mucho tiempo. En el caso de Jesús fue igual, recuerden que era descendiente de un linaje real, esto significaba que se esperaba que restaure el reino de Israel, de ahí la confusión con el mesías judío, que nada tiene que ver con el Khristos.
En tu camino espiritual, será clave reconocer tu propio deseo, algunos lo llaman vocación, en todos los casos será algo que tiene que ver con tu Propósito. Muchas veces ocurre que las personas se han dejado convencer por los deseos de sus padres u obligaciones que los mandatos de turno imponen, incluso muchos eligen perseguir resultados que supuestamente le darán ciertas seguridades y notoriedad social, siendo deseos proyectados desde afuera que fueron aceptados como propios, hackeando literalmente la naturaleza divina del ser. De ¨ese¨ deseo deberás deshacerte, para darle lugar al deseo propio, genuino que nos revela nuestro verdadero propósito.
La clave es encontrar el equilibro de ¨desear sin desear¨, lo que parece una paradoja sigue un principio cuántico que en los talleres abordamos.
¿Qué es verdaderamente la fe?
El principio rector del catolicismo es la fe, entendida como una creencia ciega, cuando el vocablo “fe“ en su sentido original, hace referencia a quien dispone de cierto ¨crédito¨ para hacer determinada cosa. Es un término que se utilizaba en economía cuando alguien necesitaba un aval de un tercero, implicaba entonces ¨dar fe¨ de que alguien califica para lo que solicita o emprende, ya que hay que ganar este nivel o estatus con el que ¨se abre¨ una puerta.
De ahí el origen de la palabra del latín fidedigno, que significa ¨digno de fe¨, que está compuesto por los términos fides ("fe") y dignus ("digno") ¨Se dice de alguien en que se puede confiar o que merece creerse; digno o merecedor de crédito¨.
Claro está que en un sentido espiritual, el tercero en cuestión es el Universo (o Dios), quien nos habilita con la posibilidad de Recibir, generando en el ser una certeza interior, siendo algo que tiene que ganarse la persona con algo más que méritos o limosnas, sino con acciones concretas que demuestren que desea salir de ¨ese cuadrado¨ de las formas y condicionamientos que mencioné más arriba, poniendo en juego un ¨acto heroico¨ qué esbozaré en este libro.
Esto recorrido sobre la fe, tiene que ver con lo que en las escrituras sagradas hacen referencia sobre quién está en Gracia, o quien accede al Dharma o lo que enseña la misma Kabbala, que justamente significa ¨Recibir¨ esa Magia hacia una nueva existencia, pero para ello hay que ser fidedigno.
Siguiendo con otras premisas poco felices que promueven las religiones, que han generado todo tipo de confusiones, interpretaciones y manipulaciones durante siglos. Por eso es clave comprender el sentido y en lo posible acceder a la fuente original de cada término para comprender de que se habla realmente.
¿Qué significa el término goyim?
Lo que comúnmente se denominaba en los textos bíblicos como ¨gentiles¨ para referirse a aquellas personas no judías, está directamente asociado al término goyim, que esconde un significado mucho más serio y descalificativo. El significado encubierto de este término para los judíos ortodoxos es: ganado. Por lo que conduce a situar a los gentiles a los que se aludía en el antiguo testamento, como seres inferiores, ya que no califican como seres humanos. Los hombres y mujeres goyim son considerados machos y hembras, como se denominan a los animales que son utilizados como alimento y en el trabajo duro. No tienen derechos ni capacidad de decisión, deben ser conducidos y utilizados para generar beneficios.
Lo que comúnmente se denominaba en los textos bíblicos como ¨gentiles¨ para referirse a aquellas personas no judías, está directamente asociado al término goyim, que esconde un significado mucho más serio y descalificativo. El significado encubierto de este término para los judíos ortodoxos es: ganado. Por lo que conduce a situar a los gentiles a los que se aludía en el antiguo testamento, como seres inferiores, ya que no califican como seres humanos. Los hombres y mujeres goyim son considerados machos y hembras, como se denominan a los animales que son utilizados como alimento y en el trabajo duro. No tienen derechos ni capacidad de decisión, deben ser conducidos y utilizados para generar beneficios.
Mi experiencia personal desde la religión
Quizá se sorprendan en éste punto, pero les hablaré de mi propia experiencia religiosa, que es lo que precisamente me ha enseñado a discernir sobre estos temas.
Mi temprana decisión de encontrar un propio camino espiritual fue a los 11 años, a esa edad ya había comenzado a descubrir algunas contradicciones de la religión cuando estaba en pleno catecismo. Mis preguntas no solo no me eran respondidas por la catequista sino que varias veces me derivaba a hablar con el cura, quien tampoco me respondía. Escudándose o mejor dicho, ocultándose detrás de la frase ¨los misterios de la fe son así…¨. Hay que creer sin preguntarse nada, como buenos fieles. Ese mismo día me di cuenta, que la religión oficial no era mi camino, obviamente no tenía ni idea por donde seguir, pero intuía que debía indagar dentro de mí.
De aquellas preguntas iniciales, recuerdo que las primeras pistas tardaron un tiempo en llegar, han sido indicios que me han movilizado durante años a recorrer, indagar y aprender a ¨corazonar¨ las respuestas, como lo expliqué en el inicio de este libro.
Quizás hoy día esto no parezca algo desafiante, pero hace 35 años sí lo era. En la época de mi pre-adolescencia las cosas eran muy diferentes. Pertenecía a una familia católica que consideraban toda búsqueda por fuera de la religión como algo sectario, seguramente ese prejuicio se los habían transmitido como parte del adoctrinamiento recibido. No había información seria a mi alcance, solo revistas que abordaban lo paranormal o lo que se denominaba como parapsicología y fenómenos psi, que investigué por un tiempo. Tampoco existía internet, ni guías, ni bibliografía accesible, pero no me rendía en mi propósito: “encontrar la forma de llegar a Dios.”
Años más tarde pude contactar algunos pocos ¨locos¨ que fui conociendo en mi camino, muchos de ellos pertenecían a lo que llamaban corriente new age, que comenzaba a ser cada vez más ¨visible¨. Después la casualidad quiso que tenga acceso a ¨ciertos¨ libros muy difíciles de conseguir en aquella época, ya que no se editaban en mi país. Personas que casi no conocía me prestaban sus libros que consideraban muy valiosos, varias veces me contaban que algo los motivaba a hacerlo. Con los años, he tenido una amistad con varios de ellos y hemos podido compartir algunas experiencias e impresiones.
Ya más grande, comencé a soñar con lugares y personas que encontraba en mis primeros viajes en las situaciones más extrañas. Reconozco que esto me asustó un poco al principio, en aquella época escribía estos sueños detalladamente en mi ¨libreta viajera¨ que estaba repleta de anotaciones sobre estas personas maravillosas que me ayudaron y me brindaron pistas que hoy reconozco como claves. El proceso fue a puro descubrimiento… mediante señales, casualidades hasta alcanzar momentos de una profunda sincronicidad. Hoy comprendo que gran parte de aquellas preguntas han motivado el inicio de mi investigación formal, impulsando mis viajes y este libro que comparto contigo.
Esto que narro más arriba es a grandes rasgos mi experiencia, con muchos errores y aciertos. Doy por entendido, que lo que yo cuento como mi experiencia no es la única forma de forjar un ¨camino propio¨, este libro no es un manual de instrucciones, ya cada quien ha tenido o tendrá que enfrentar sus propias vallas y jaulas mentales en un contexto muy diferente, pero considero que mi experiencia te ayudará a identificar algunos aspectos que suelen ser comunes a todos los que decidimos encontrar nuestra propia naturaleza y propósito.
Con estas definiciones confrontadas, que entiendo son muy ilustrativas... será posible comprender los alcances de cada uno de estos caminos que estamos diferenciando.
La RELIGIÓN es teoría.
La ESPIRITUALIDAD es práctica.
La RELIGIÓN vive en el pasado y en el futuro.
La ESPIRITUALIDAD vive en el presente, en el aquí y ahora.
La RELIGIÓN es para los que deciden permanecer dormidos.
La ESPIRITUALIDAD es para los que quieren estar despiertos.
La RELIGIÓN le dice que hacer y pensar a las personas.
La ESPIRITUALIDAD es para los que desean escuchar su voz interior.
La RELIGIÓN habla de pecado y de culpa.
La ESPIRITUALIDAD te enseña a levantarte y aprender del error.
La RELIGIÓN inventa dogmas.
La ESPIRITUALIDAD descubre verdades.
La RELIGIÓN es causa de división.
La ESPIRITUALIDAD es causa de unión.
La RELIGIÓN te busca para que creas.
La ESPIRITUALIDAD te invita a descubrir tu verdadera naturaleza.
La RELIGIÓN se alimenta del miedo.
La ESPIRITUALIDAD se alimenta del autoconocimiento.
La RELIGIÓNte hace vivir en la dualidad de tu pensamiento.
La ESPIRITUALIDAD te permite existir en Unidad, en tu corazón.
La RELIGIÓN alimenta el ego.
La ESPIRITUALIDAD ayuda a trascender el ego.
La RELIGIÓNte da promesas para después de la muerte..
La ESPIRITUALIDAD es Iluminación, es reconocer la divinidad en el presente.